Viñas del PerchelEl Proyecto
Somos una bodega familiar enclavada en el corazón de la histórica Quebrada de Humahuaca, en el pequeño paraje Villa el Perchel, situado entre Huacalera y Tilcara, en la provincia argentina de Jujuy.
Comenzamos con Viñas del Perchel en el año 2005 persiguiendo un objetivo muy ambicioso y definido: elaborar vinos extremos en una zona extrema. Así, fuimos de los primeros en implantar variedades finas para la producción de vinos en la Quebrada, a más de 2.625 metros sobre el nivel del mar, en una zona de condiciones naturales sumamente desafiantes.
Con mucho esfuerzo, trabajo y dedicación, logramos cada año interpretar más profundamente la expresión del terruño y elaborar vinos excepcionales nacidos en uno de los viñedos más altos del país.
Las Personas
El proyecto Viñas del Perchel fue creado por Javier Vargas acompañado por toda su familia, y hoy es administrado por él junto a su hermana Mabel, quien vive en la finca, recorre y lleva adelante el viñedo durante todo el año. Ambos conocen a la perfección cada planta y cada piedra del viñedo.
Al ser una bodega familiar, somos especialmente conscientes de la importancia del trabajo en conjunto. Por lo tanto, trabajamos con lugareños capacitados y profesionales de distintas regiones productoras del país (enólogos e ingenieros agrónomos) que nos apoyan en nuestra constante búsqueda: lograr la máxima expresión del terruño, nuestro gran diferencial.
En 2014 decidimos dar un paso más en esta aventura y contactar a la enóloga e ingeniera agrónoma Gabriela Celeste –de la consultora Eno-Rolland– para que nos asesore en la elaboración de vinos de alta gama. Junto con ella logramos extraer todo el potencial de este terruño tan particular y los ejemplares que elaboramos en la bodega.
un espacio de experimentación y libertadLa Bodega
Nuestra bodega se encuentra junto al viñedo, en armonía con su entorno natural. Es una de las bodegas ubicadas más al norte y a gran altura de la Argentina.
Llamamos a este espacio “el laboratorio”, ya que experimentamos y aprendemos algo nuevo cada año y en cada cosecha. Aquí producimos vinos que tienen un seguimiento particular desde la finca hasta el embotellado, pasando siempre por una crianza de 12 a 18 meses en barricas de roble francés o americano.
El laboratorio es un espacio de experimentación y libertad, donde intervenimos lo justo y necesario solo para potenciar todo lo que la naturaleza nos da.